La gata Aldea tiene una vida de película. Nacida en el 2007 vivía en una
colonia de la calle. Una mujer. Se encargaba de alimentarlos,
esterilizarlos y tratarlos si enfermaban. A Aldea la recogió cuando
contaba con unos 8 meses y la operó. Cuando la fue a devolver a su
colonia se la encontró destruida por las excavadoras. Iban a construir. Y
así llegó a la prote. Tenía pánico y le costó meses confiar.
Curiosamente, congenió antes con perros que con gatos. Años
después, ya integrada, comenzó con secreción nasal que no se
solucionaba con ninguna medicación. Le hicimos una rinoscopia y
descubrimos que no tenía cornetes nasales. Y así lleva desde el 2015. A
veces presenta secreción nasal, ronquidos, otras está aparentemente
bien. Hace unos meses, no sabemos por qué ya que conviven con
normalidad, fue atacada por las perras Morgue y Lupa. La recogimos
tendida, completamente estirada, floja, no se sostenía sobre sus patas,
con evidentes dificultades respiratorias. Aunque la radiografía no
mostraba ninguna fractura, el veterinario no era muy optimista. La
habían mordido cogiéndola por el lomo y sacudiéndola. Acababa de
eutanasiar a un gatito con el mismo problema. Pero, tras unos días de
suero y medicación, Aldea se recuperó y, cuando todavía no conseguía
saltar, quiso salir de casa y volver a su vida normal. A ese momento
corresponde la foto, con sus patas rasuradas para el tratamiento. De vez
en cuando Aldea viene a casa a pedir una lata de las de Meisi. Puedes
amadrinarla, apadrinarla o mandarle latitas. Gracias.
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