La semana pasada, aprovechando un viaje, tuvimos el honor de trasladar
en nuestro coche a un perro excepcional. Una triste historia que,
kilómetro a kilómetro, fue dejando atrás, para llegar, por fin, a su
nuevo hogar. No cuesta nada, no cuesta nada hacer un hueco en nuestro
vehículo. Un mínimo gesto que cambia, por completo, una vida. Piénsalo,
ofrécete cuando viajes, convierte los kilómetros en futuro. Sé feliz
amigo.
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