martes, 9 de febrero de 2016

¡León adoptado!


Nuestro León ya es Gas, feliz con su nueva familia. A León hace dos años lo iban a matar. A él, a su madre y a sus hermanos. Una trabajadora del ayuntamiento nos llamó. No pudimos decirle que no. Tenían sarna. Los tratamos, desparasitamos, vacunamos, esterilizamos y pusimos en adopción. La felicidad actual de León tiene varios nombres. Las mujeres que alimentaban a su madre, abandonada, la mujer que nos llamó, todas las personas que aportaron dinero para las necesidades veterinarias, la familia que lo amadrinó y ahora lo adopta. Si León hubiese nacido hoy, estaría muerto. Muerto. Habría sido asesinado en la perrera con la que nuestro ayuntamiento ha firmado convenio. Sacrificado por tener sarna, malnutrido con despojos de pollo, atacado por cualquier otro perro, muerto de frío y parásitos. Asesinado por el delito de vivir más de 20 días. Un perro que se convierte en un cadáver. Lo matamos. Y dejamos la humanidad para ser bestias. Por favor, firma. Por ellos. Ni un solo centro de exterminio: 


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